Porfiriato Temprano
Poesía la Dictadura de Porfirio Diaz
LA DICTADURA
Porfirio Díaz impuso
un gobierno con su ley
y después lo descompuso
para vivir como rey.
Su palabra ante el pueblo
era orden y mandato,
ese lenguaje de cerdo
se tradujo en maltrato.
De compadres se rodeaba,
de lujos y cosas vanas,
el pueblo entero aclamaba
garantías soberanas.
El dictador satisfecho
atiende a sus invitados,
luce medallas al pecho
como premio a sus pecados.
El dictador poco habla
todo lo tiene arreglado,
el inconforme se calla
o termina asesinado.
El indio jamás opina,
nada tiene qué decir
porque la mano asesina
no lo puede permitir.
El dictador no permite
contraorden a su ley
espérate a su desquite
es la espina del maguey.
Treinta años, siglos fueron
en Palacio Nacional,
treinta años nos trajeron
dictadura tan bestial.
Porfirio Díaz impuso
un gobierno con su ley
y después lo descompuso
para vivir como rey.
Su palabra ante el pueblo
era orden y mandato,
ese lenguaje de cerdo
se tradujo en maltrato.
De compadres se rodeaba,
de lujos y cosas vanas,
el pueblo entero aclamaba
garantías soberanas.
El dictador satisfecho
atiende a sus invitados,
luce medallas al pecho
como premio a sus pecados.
El dictador poco habla
todo lo tiene arreglado,
el inconforme se calla
o termina asesinado.
El indio jamás opina,
nada tiene qué decir
porque la mano asesina
no lo puede permitir.
El dictador no permite
contraorden a su ley
espérate a su desquite
es la espina del maguey.
Treinta años, siglos fueron
en Palacio Nacional,
treinta años nos trajeron
dictadura tan bestial.
Porfiriato Medio
En el Porfiriato medio (1891-1900) ocurrieron diversos sucesos, entre estos están que
se consolidó el régimen como resultado de la política de consolidación a los
partidarios de GonzÁlez. Con la entrada de José Ives Limantour en Hacienda en
1893 surgió un auge de las compañías enajenadoras de terrenos comunes baldíos,
se modificó la Constitución de 1857 para permitir las reelecciones y se aprobó
la ley que otorgaba la gran explotación minera a los capitales de Estados
Unidos y Gran Bretaña. Limantour, tras la crisis de 1892, abrió el país a la
inversión extranjera y promovió la creación de nuevas industrias. La
corrupción, el fraude electoral y la represión fueron las propuestas de la
administración Díaz a las tensiones sociales, nacidas del contraste entre una
oligarquía poderosa, controladora de los resortes económicos y políticos y una
población de casi 13 millones de personas ligadas mayoritariamente a la tierra.
Muestra un periodo centralista, autoritario y personalista, tanto de don Porfirio, como de los gobernadores de las entidades; resaltando en ella tres personajes importantes: Joaquín Baranda, Ministro de Justicia desde 1882, liberal de la época reformista; José Yves Limantour, Ministro de Hacienda (1893-1911), miembro de un grupo de profesionistas destacados (los científicos), de familias ricas o relacionadas con ellas, basados en la filosofía positivista, pensaban en la aplicación del método científico para estudiar la sociedad y la solución de problemas; y Bernardo Reyes, Ministro de Guerra(1900-1902), porfirista y militar, surgido de la clase media o baja que había en provincia y que contaba con el apoyo de empresarios, pequeños burgueses, clase media y trabajadores de Nuevo León, donde fue gobernador.
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